La balanza absorbe plétoras y penurias
De una vida gris que no tiñe ni descolora
Los constantes trazos en un punto impalpable
Perfecto o imperfecto no justifica el daño
A las flores movidas por el viento celeste
En las frías tierras de horizonte ondulado
Gritos ciegos sin ver amanecer
Lagrimas que no llegan al suelo
Esperanza trasparentes sin consuelo
Mascaras de sonrisas, Alegrías cristalinas
Placer del alma, un abrigo calido por una victoria
Incapaz ante el tiempo que carcome recuerdo
De lo que una vez fue una gloria
Palpitante péndulo de un sentimiento
Que se dirige a la deriva
Que se petrifica por ver una salida
Y que se fuga en un escrito
Palabras incapaces de decir
Lo que se pronuncian con los labios
Amor insuficiente para existir
En las frías tierras del horizonte ondulado
Truequen por un sueño
Dentro de un mundo poblado
De un solo habitante
Que posee dos corazones
En medio de la luz
En medio de la oscuridad
En medio del péndulo
Un péndulo dorado
Randall Madrigal S.
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